Hace unas semanas aparecía en el diario Clarín una nota con este titular: Menos confianza en “dietas mágicas” y más en la alimentación saludable.
Y no puedo estar más de acuerdo. No quizá con todo el contenido del artículo pero sí con algunas cuestiones básicas que a veces perdemos de vista cautivados por estas propuestas que parecen milagrosas pero que no lo son.
– Los cambios radicales y las dietas altamente restrictivas nos afectan de manera negativa tanto física como emocionalmente. Es preferible buscar un cambio de hábitos progresivo y que involucre los diferentes aspectos de nuestra vida como un conjunto.
– No existe nada que sea bueno para todos pero siempre hay algo bueno para alguien, un sabio consejo de la ciencia Ayurveda que podemos aplicar a la alimentación.
– Cuanto más variada sea la dieta menos posibilidad tanto de carencias como de excesos.
– Aumentar el consumo de frutas y verduras siempre es positivo y obviamente lo ideal es que estén libres de agrotóxicos.
– Todos los grupos de alimentos básicos son necesarios para nuestro organismo (hidratos de carbono, proteínas, grasas). Lo importante es consumirlos en proporciones razonables y buscando que sean de la mayor calidad nutricional posible.
– En lugar de prohibir los alimentos supuestamente “dañinos” podemos transformarlos para que lo sean menos e incluso lograr que se vuelvan beneficiosos. Existen muchas técnicas: fermentación, germinación, masa madre, etc…
– Consume fresco y de estación, come un poco más de crudo (lo que puedas digerir bien), ármate un huertito y sobre todo, cocina en casa!!! Al menos visitarás menos el supermercado. Y seguramente lograrás estar un poco más relajado y feliz.